La preocupación del presidente ruso Vladimir Putin ante las bajas en su ejército por parte de las fuerzas ucranianas, ha obligado al mandatario a acudir ante el presidente checheno Ramzám Kadirov con el fin de solicitarle su apoyo para incrementar el número de combatientes en varios frentes de guerra como la incursión de Ucrania en Kursk, esto para no retirar soldados ubicados en otras zonas controladas por Rusia.
Durante su viaje a Chechenia, Putin visitó una academia de fuerzas especiales donde se entrenan combatientes voluntarios que van a ser desplegados en Ucrania. Putin elogió a los voluntarios y dijo que mientras Rusia tenga hombres como ellos, será «invencible». Más de 47.000 combatientes, incluidos voluntarios, se han entrenado en las instalaciones desde que Moscú comenzó su invasión a gran escala en Ucrania en febrero de 2022, según Ramzan Kadyrov.
El presidente Kandyrov le recordó al presidente Putin que desde hace más de 13 años esperaba su visita y que estaba interesado en discutir otros temas diferentes al tema de la guerra con Ucrania y que tienen que ver con intercambios comerciales y energéticos; también insistió en que de llegar a un acuerdo Rusia contaría con decenas de miles de reservistas listos para luchar contra Ucrania.
El Kremlin mantiene su confianza en Kandyrov para mantener el control de la zona del Cáucaso norte luego de dos años de tensiones, sin embargo, activistas y grupos de defensa de derechos humanos han denunciado a las fuerzas de seguridad de Kandy Rov de perpetrar ejecuciones, torturas, acoso, persecución y secuestro de disidentes, pero las autoridades rusas han hecho caso omiso a tales denuncias.
El Kremlin envió a combatientes de Chechenia para ayudar a proteger a Moscú de un motín fallido lanzado por el jefe mercenario Yevgeny Prigozhin el año pasado, pero algunos comentaristas advirtieron que las ambiciones de Kadyrov también podrían representar una amenaza potencial para las autoridades federales.
Hasta el martes por la noche, ni el Kremlin ni Kadyrov compartieron detalles sobre el propósito y el momento de la visita inesperada de Putin, y Kadyrov se limitó a decir que al líder ruso le esperaba «una agenda muy apretada».
