¡Reflexión! Luchar de la mano con Dios.

Luchar-de-la-mano-de-Dios

Así se quedó Jacob solo; y luchó con él, un varón hasta que rayaba el alba. 25 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. (Génesis 32: 24-25).

Este es uno de los pasajes que nos resulta por demás extraño. ¿El ángel de Jehová envuelto en una lucha toda la noche cuerpo a cuerpo? ¿Cómo ha de explicarse tan raro evento en el relato de la historia de los patriarcas?

Creo que la historia no es tan extraña como inicialmente parece. Para entenderla, debemos recordar la vida de Jacob, Había nacido de la promesa. Por el pasaba descendencia de aquellos que iban hacer parte de esa gran nación que le había sido anunciada a Abraham. Por esto, la bendición reposaba sobre él, aun desde el vientre de su madre.  

Un rápido vistazo a los acontecimientos de su vida, nos muestran a un hombre que no dudó en echar mano de cuanto artilugio pudiera para conseguir la bendición que Dios le había prometido. Lo vemos envuelto en reiteradas situaciones donde se aprovechó de la debilidad de otros. Lo observamos haciendo trampa, mintiendo, engañando y siendo engañado. Acumuló una gran fortuna en bienes, pero se hizo de muchos enemigos en el camino, incluyendo el odio visceral de su hermano Esaú, que había jurado matarlo. No es una figura muy inspiradora.

También puede leer: Indudablemente el infinito amor de Dios llena el vacío en nuestra vida con felicidad y paz.

A veces el Señor lleva años. queriendo decirnos algo sin poder lograr que le prestemos atención. Su voz es la del «silbo apacible, Pero cuando no hacemos caso, debe adoptar métodos más directos. Este es uno de esos incidentes. En forma muy gráfica en donde, Dios le muestra al patriarca lo que había sido su existencia hasta este momento: ¡una lucha sin fin por apropiarse de la bendición de Dios!

En un sentido muy claro, el Señor le está diciendo al patriarca: «toda la vida has estado luchando conmigo, sin darte cuenta que yo estoy de tu lado. ¿Cuándo dejaras de pelear contra mí? ¡Quédate quieto, y déjame que te bendiga de una buena vez!, Lo que más deseaba el Señor era la prosperidad de Jacob, pero no por el camino que este había escogido.

Muchas veces, como humanos, estamos tan desesperados por asegurarnos de la bendición de Dios para nuestros proyectos, que echamos mano de todo lo que se nos viene por delante. Trabajamos con una desesperación que revela que creemos que todo depende de nuestro esfuerzo. En ocasiones hasta logramos el avance deseado. Pero cuánto cuan fácil hubieran sido las cosas si hubiéramos aprendido a unir nuestro trabajo al brazo fuerte de Dios.

Quizás este es un buen momento para detenerse, tome un momento para volver a poner las cosas en su lugar, usted debe trabajar en su crecimiento espiritual de la mano de Dios para ser salvo y bendecido por él. No quiera hacerlo todo solo, descanse más en él y verá los resultados.

Christopher Shaw

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *