¡Límpiame Señor!

Jesus-y-el-leproso

Por: Danilo Auza Freite.

El momento del arrepentimiento y perdón de pecados abre las puertas a una vida nueva en Cristo Jesús, la misericordia y bendición de Dios siempre estará con los que le temen y cumplen sus mandamientos; es por esto que al momento de entregar nuestras cargas al creador, es necesario ser limpiados con su sangre preciosa y pasados por el fuego para ser probados como el buen oro que resplandece luego de la purificación.

Jesús dijo al leproso “Se limpió”, estas palabras tienen fuerza y poder, autoridad y energía; lo que indica claramente que el maestro tiene toda la potestad para purificar a los seres humanos espiritual y físicamente de toda maldad promovida por el enemigo; pero solo los que persiguen el reino de Dios y su justicia podrán ver la gloria de Dios.

Tan pronto como la palabra salió de la boca de Jesús, la lepra del hombre desapareció, la naturaleza trabaja poco a poco, pero el Dios de la naturaleza obra de manera inmediata y perfecta. El habla y se hace, Ordena y existe (Salmo 33:9). Luego de sanar al leproso, Jesús le ordenó que fuera donde el sacerdote para que el dictaminara que se encontraba limpio, esto antes de informar que el Nazareno lo había curado; precisamente para que tuviera una prueba contundente de que era leproso y ahora estaba limpio y curado. (Mateo 8:4-levitico 14: 2).

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¿Por qué Jesús le ordenó esto a quien ya estaba limpio de lepra?

Jesús pensaba en todo, le dio estas instrucciones aquel hombre, para el sacerdote primero le diera la certificación de curación antes que se enterara que el maestro lo había sanado, no sea que por despecho podría no certificarlo y aquel que había sido limpiado tendría que volver a vivir con los leprosos.

Cristo conocía en detalle la ley y actuaba en favor de la ley para que sin causa alguien no pudiera señalarlo de transgredirla, es por esto que era respetuoso de las autoridades y actuaba de manera ordenada.

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La segunda orden que le dio Jesús al hombre curado, estuvo relacionada con presentar la ofrenda que estableció Moisés en agradecimiento a Dios y en contra partida con los servicios del sacerdote; sin embargo esto no sería algo difícil para quien recibió el milagro, pues con mucha emoción y gozo presentaría su ofrenda por tan grandioso agradecimiento; ahora pues, cuanto más nosotros que podemos ofrecer nuestras ofrendas con gozo dando gracias por lo bueno y lo malo que nos pueda aquejar en la vida.   

Querido amigo, Jesús puede limpiarte de todo lo que te atormenta, puede sanarte si tú se lo pides de corazón, entrégate a él, deja que tome el control de tu vida e ilumine tu camino de ahora en adelante.

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