Todos hemos afrontado temporadas inciertas en nuestra vida, momentos en los que esperamos ver la mano de Dios obrar de inmediato, pero lo que recibimos a cambio es un tiempo de incertidumbre y espera.
La espera en muchas ocasiones puede generar tristeza y frustración. En esta etapa nos concentramos tanto en nuestras circunstancias que llegamos a olvidar que Dios tiene el control. Sí, sabemos que Dios tiene el control, pero ¿Qué sucede entonces que nada cambia?
El periodo de espera es un tiempo en el que dejamos de insistir en aquello que creemos que es lo mejor para nuestras vidas y simplemente nos entregamos por completo a la voluntad y los designios de Dios.
Esperar en el tiempo de Dios no parece ser tarea fácil, pero cuando lo hacemos entendemos que los propósitos de Dios siempre son perfectos y necesarios para nuestras vidas.
«Del apuro solo queda el cansancio» ¿Cuántas malas decisiones hemos tomado, por el simple hecho de no saber esperar? ¿Cuántas marcas y malas experiencias nos han dejado la prisa? Hay lecciones en la vida que hemos tenido que aprenderlas a través de duros golpes, los cuales hubiesen sido evitados, si hubiéramos podido esperar en el Señor. Muchas de las consecuencias que asumimos hoy han sido producto de nuestra prisa.
El tiempo de espera es beneficioso para nuestras vidas, existen tres cosas que se revelan durante esta temporada:
1.- En la espera se revela lo que adoras
Moisés subió al monte a buscar las tablas de la ley, y al ver el pueblo que tardaba, juntaron todo el oro que traían consigo e hicieron una imagen de becerro de oro para adorarle.
¿A quien recurrimos cuando los tiempos son inciertos? Eso en lo que enfocamos nuestra atención durante el tiempo de espera, determina lo que realmente adoramos.
2.- El tiempo de espera no es perdido
Dios no estaba retrasando la promesa que había hecho al pueblo de Israel, solo estaba preparando sus corazones para que pudieran recibirla.
Los tiempos de espera son necesarios en nuestra vida. A veces vamos corriendo y Dios nos hace bajar la velocidad. Y en ocasiones nos hace sentir totalmente pausados; pero aun cuando este proceso parezca sin sentido, sabemos que Dios tiene una razón para permitirlo. Ya sea carácter, fe, paciencia… Confía Dios quiere formar algo en ti en medio de la espera.
3.- Esperar te enfoca en la fidelidad de Dios
Dios guardó a los Israelitas, los alimentó y los llevó con bien hasta la tierra prometida. Aunque el trayecto tardó más de lo que ellos esperaban, Dios permaneció fiel a su pacto.
No seas como el pueblo de Israel que retrasó la promesa mucho más de lo debido por no saber esperar. Cuando esperas en Dios verás su fidelidad obrar, mira hacia atrás y haz memoria de todo lo que Dios ha hecho por ti. Eso te ayudará a mantener la esperanza. y recuerda siempre que la espera en Dios no es vano, porque el mismo que venció la muerte hace 2000 años y tiene el control, sigue trabajando mientras tu esperas.
«Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca», Lamentaciones 3:25. Y recuerda que Dios es un verdadero padre que siempre está cuando más lo necesitamos. ¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre! ¡Bendiciones! Que la gracia de Dios sea contigo, Son los deseos de quien te ama con fe cristiana, William Hundelshauseen Carretero
